Hace unas semanas estuve cenando en un estupendo restaurante español en Bucarest, El Puerto Ibérico y aluciné con uno de los platos que pedimos: berenjenas con salmorejo.
La originalidad del plato eran las rodajas crujientes de berenjena que mojabas en un delicioso salmorejo, sencillo pero increíble.
Cuando el chef del restaurante pasó por la mesa para saludar y ver como había ido la cena se lo comenté y el explicó un secretito para que las berenjenas quedasen tan crujientes: El rebozado se hace con cerveza. Cuando se lo conté a mi madre me dijo: ¡Claro, la abuela también rebozaba muchas cosas con cerveza? (Vaya, podía habérmelo dicho antes…)
Por supuesto, en cuanto he tenido ocasión lo he cocinado en casa y me salió riquísimo también, por eso hoy os lo cuento para que probéis!
- BERENJENAS
Las berenjenas se cortan en rodajas muy finas y se dejan a remojo con leche y cerveza durante al menos una hora. Después se rebozan ligeramente con harina y se fríen en abundante aceite dejando que queden crujientes.
- SALMOREJO
El salmorejo lo hice con un kilo y medio de tomate, un diente de ajo, media barra de pan (cortada en rodajas que humedecí con agua antes de añadirlas), un vaso de aceite, un tercio de vaso de vinagre y una cucharada de sal. Lo batí muy bien con la thermomix. (Si no se tiene, con la batidora y pasándolo por un chino queda la misma textura).
¿Qué os parece? ¿Lo habíais probado? Para mi se ha convertido en mi nuevo plato favorito, me parece un aperitivo perfecto o un primer plato exquisito.
Feliz fin de semana!!!
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